Fanzine del CAAD
El fanzine del CAAD fue la publicación aventurera creada para los socios del CAAD durante sus dos primeras edades, y experimentó una serie de evoluciones a lo largo de su dilatada historia. Estas no se limitaron a los contenidos, sino que el aspecto exterior mejoró con el tiempo, al igual que la edición. A continuación vamos a repasar, eminentemente, los cambios morfológicos que experimentó el fanzine desde su aparición, en el arcaico 1989.
Primera Edad del CAAD
Primera Época del CAAD
La primera época del CAAD comprende los siete primeros números, desde el 0 hasta el 6, y tienen en común el haber sido realizados artesanalmente por un servidor, recortando fotos, imprimiendo los textos en una impresora matricial con los rótulos aparte, y montando las páginas, numeradas con letraset, en una hoja maestra que posteriormente era fotocopiada.
En estos números, aparte de un sucesivo incremento en el número de páginas (desde las 32 del CAAD 0 hasta las 48 del CAAD 4, siendo 40 el número habitual) tenemos portadas de una calidad más que aceptable, pues varias de ellas fueron extraídas directamente de unos calendarios, tarjetas y libros de láminas adquiridos en un viaje a Londres realizado en 1988 por el núcleo duro de Aventuras AD, concretamente Andrés, Carlos y Juanjo. Se aprovechó el viaje para comprobar la demostración de un protoDAAD que hizo Tim y asistir al Personal Computer Show, magno evento que tuvo lugar del 14 al 18 de septiembre.
De todos modos, el primer e icónico número del CAAD tiene una portada que no proviene de ninguna ilustración comercial, sino de una revista informática, concretamente del comentario de The Lurking Horror, de Infocom. El juego fue analizado en el Commodore User número 47, de agosto de 1987.
En el CAAD 1 encontramos la primera colaboración de Paco Zarco, que casi se convertiría en el portadista oficial del CAAD con nada menos que once portadas en su haber, una incluso duplicada. En esta vemos como un par de samurais con armadura huyen con toda lógica de un árbol animado, por suerte, aún enraizado.
El CAAD 2 emplea la ilustración que Ciruelo Cabral realizó para Jabato, la única que realmente tenía relación con el juego. Fue una de las cuatro carátulas de juegos de Aventuras AD que se emplearon como portadas del fanzine, quedando fuera únicamente Original y Cozumel.
En el CAAD 3 precisamente aparece la segunda carátula de un juego, concretamente la de Templos, pero que originalmente iba a ser empleada para Cozumel, tal y como se indica en el mismo fanzine.
Con el CAAD 4 se empiezan a emplear las ilustraciones profesionales, concretamente una monísima representando el signo zodiacal de Sagitario, donde el centauro arquero recibe inspiración o poder directamente de Júpiter, realizada magistralmente por Johfra Bosschart.
El CAAD 5 nos inicia en los temas tolkienianos, pues el protagonista es nada menos que el dragón Smaug, en una ilustración de Roger Garland.
Llegamos al final de la primera época del CAAD con el número 6, cuya portada está sacada de un calendario de Dungeons & Dragons. Es la impresionante Spellfire, de Clyde Caldwell, empleada también en la novela homónima de Ed Greenwood, perteneciente a la serie Forgotten Realms.
Segunda Época del CAAD
Se inició la Segunda Época del CAAD dejando las fotocopias y empleando una imprenta para realizar el fanzine, siendo el número 7 el primer fanzine así realizado. La portada mostraba por tercera vez un juego de Aventuras AD, la Espacial en esta ocasión, con la futurista ilustración de Luis Royo.
Con el CAAD 8 tenemos una maravillosa ilustración de Rowena Morrill, que sirvió originalmente para ilustrar la portada de la novela King Dragon, de Andrew J. Offutt.
En el CAAD 9 se siguen empleando portadas de un calendario de Dungeons & Dragons. En este caso, Jeff Easley ilustró con gran maestría un trabajo llamado The Magister, donde un nigromante anima, en el sentido de dar movimiento, una tropa de esqueletos.
La portada del CAAD 10 es un caso particular y curioso. La imprenta que realizaba el fanzine desde el número 7 no estaba ubicada en Valencia, sino en Buñol, a unos 40 kilómetros. Se escogió esa imprenta en lugar de una en Valencia por simples nexos vecinales. Un morador cercano había montado la imprenta junto a otros jóvenes buñoleros, y por eso resultó escogida. Volviendo a la portada, los citados jóvenes no se limitaron a una actividad, y tratando de diversificar, abrieron también una discoteca con el nombre de The Killer y el dragón como emblema. Estando tan a mano, fue cosa simple que acabase como portada del CAAD. La relación con Buñol se extendió también a Aventuras AD, pues de la citada población eran oriundos varios colaboradores como José Luis Masmano o Juan Luis Cervera.
CAAD 11 tiene otra ilustración de Rowena Morrill, en este caso titulada Shadows out of Hell.
El CAAD 12 tiene una innovación, el uso de color en las tapas. No es que fuese en colorines, que para eso hubo que esperar hasta el CAAD 24, sino que en lugar de emplear una cartulina blanca, las tapas eran impresas en una de color, siendo crema esta primera, que mostraba el trabajo de Boris Vallejo titulado The Dragon and the George.
En esta Segunda Época se dió inicio a un nuevo tipo de fanzines, los llamados Extra, caracterizados por sus tapas negras, con alguna excepción, y un contenido centrado en temas monográficos que posteriormente evolucionó a soluciones completas de aventuras, conversacionales y gráficas.
Como curiosidad curiosa, del CAAD Extra 1 hubo dos ediciones diferentes. La primera era el primer número extra del CAAD, con tinta plateada en la cubierta, que incluía las soluciones a todos los juegos de Aventuras AD excepto Chichén, que aún no se había publicado, más los contenidos habituales de preguntas y respuestas, junto a innovadores (para el CAAD, claro) informes sobre juegos por correo y cine, además de un póster central samudiano. Posteriormente se hizo una reedición que tan solo incluia las soluciones, con la tinta de la portada dorada. ¿Porqué se hizo esa reedición? Porque en aquellos tiempos tenebrosos sin internet, las tiendas de informática vendían libros de soluciones para los juegos de aventura, y Centro Mail (ex-Mail Soft, pre-Game) encargó y compró bastantes de ellos, acabando con las existencias del extra original, forzando la reedición de la versión reducida a las soluciones, sin póster ni ningún otro contenido.
Todos los CAAD Extra tuvieron las tapas negras (y la tinta de portada dorada o plateada) salvo el último, el CAAD Extra 6, que tenía un característico color rosado (aunque no fue el primer CAAD con ese color, ya usado en los números 15, 16 y 21) y se prestaba a ser llamado, con toda propiedad, "el Extra rosa".
En el CAAD 13 se siguió la costumbre que duraría hasta el CAAD 24 de cambiar el color de las tapas de cada fanzine. En esta ocasión se eligió un suave tono verde, empleándose como ilustración un trabajo de Boris Vallejo, the Broken Sword.
Con el CAAD 14 nos plantamos ya a finales del verano de 1991, y con unas tapas celestes podemos disfrutar de otra magnífico trabajo de Boris Vallejo, previamente empleado para la novela Tarnsman of Gor, de John Norman.
El CAAD 15 rompe la serie de ilustraciones heroicas, y en su lugar tenemos una pitón en unas tapas de un vivo color fucsia. La ilustración se extrajo de una enciclopedia, El Mundo de los Niños, concretamente de su volumen 5, dedicado a los animales.
Vuelve Paco Zarco a ilustrar un CAAD en el número 16. Bajo el título de “El enano guardián del bosque” nos encontramos a un personaje que, con total propiedad nominativa, es don Enano, el personaje que podíamos encontrar en la primera parte de La Aventura Original. Paco realizó este boceto basado en el argumento para la continuación del citado juego que me encontraba desarrollando entonces.
La carátula de Chichén Itzá era la protagonista de la portada del CAAD 17. Con una cartulina naranja, la ilustración de Luis Royo era la última obra de Aventuras AD que aparecería en el CAAD... y en cualquier otro sitio, al cesar la compañía en su actividad.
En el CAAD 18 se inició la colaboración total de Paco Zarco como portadista, pues sus ilustraciones aparecerían en el CAAD durante los siguientes nueve números. El que nos ocupa tenía una ilustración sin título mostrando una entrañable y crestada criatura saliendo del cascarón. Además, se añadió un marco superior a la portada, realizado también por Paco, con su estilo característico.
El CAAD 19 tenía un protagonista muy especial: Doc Monro, el protagonista de la trilogía samudiana de Ci-u-than, que coparía la portada de cuatro números del CAAD. En este caso lo vemos cayendo a un estrecho saliente con burbujeante magma al fondo.
Paco sigue ilustrando el CAAD, y en el número 20 los protagonistas son tres malencarados poseedores de porras, con unas vestimentas más bien medievales, pero un curioso calzado muy actual y futbolero.
El CAAD 21 es otro de los CAAD rosados, pero la ilustración zarquiana no invita a la tranquilidad, mostrando el busto de una criatura con casco cornudo, con perdón.
En el CAAD 22 vuelve Doc Monro, y en una ilustración que vimos previamente en el CAAD 19. Sin embargo, en esta ocasión el dibujo tiene color, tramas y degradados, que debido al color naranja de la portada se aprecian como tonos de gris.
Siguiendo con la serie de Doc, el CAAD 23 nos lo muestra ascendiendo trabajosamente por un estrecho conducto. Como curiosidad, en este fanzine la editorial fue realizada por Jorge Fuertes Alfranca, antiguo cabecilla del fanzine A través del espejo, y que tras su desaparición pasó a ser subdirector del CAAD.
Con el CAAD 24 se lleva a cabo una gran innovación, nada menos que una portada en color para un fanzine de aficionados, todo un logro. La maquetación se estaba llevando a cabo por un colaborador que pasaría a ser Jefe de Redacción, Antonio Fernández Giménez, empleando material de Kyocera al trabajar en el distribuidor de la citada marca.
Tras una portada en color poco más se podía hacer para innovar, pero se consiguió. El CAAD 25 volvía a las tapas monocromas, pero esta vez con una textura similar al cuero y un tono marronáceo. La ilustración de Paco mostraba a un verdugo descubierto y marcando paquete.
El CAAD 26 tiene de nuevo como protagonista a Doc Monro, hacha de piedra en ristre, a través de una ruinas. Desde luego no iba a estar en un palacete playero, ¡faltaría más! Por cierto, este número alcanzó las 100 páginas. ¡Ahí es nada!
Tercera Época del CAAD
Da inicio la Tercera Época del CAAD con el número 27. Antonio Fernández pasó a encargarse no solo de la maquetación, sino también de la impresión. Durante la Segunda Época, con los fanzines realizados por imprenta, hubo un cambio en la maquetación, de ser realizada en la misma imprenta a encargarse Toni de ella. Las páginas impresas eran convertidas en fotolitos que la imprenta convertía en fanzines, pero desde este número la impresión también pasó a ser cosa de Toni.
Los fanzines redujeron algo su tamaño para adaptarse a las hojas A4, resultando el tamaño final del fanzine algo menor que medio A4 (un A5, vamos) debido al guillotinado de los bordes. Además, el CAAD 27 volvió a tener una portada en color, esta vez impresa directamente. En el CAAD 24 hubo que realizar tres fotolitos de los colores básicos más un cuarto negro. La portada dejó el marco zarquiano, el nombre del fanzine paso a ocupar una posición lateral y ya no había una única ilustración. En el 27 que nos ocupa teníamos tres: la central y más importante mostraba los premios CAAD a la Aventura, sobre ella las figuras ganadoras del concurso "roleros" organizado por el CAAD, y en la inferior vemos a Petra, la piedra aventurera, el personaje aventurero del CAAD con una mirada muy a lo Clint Eastwood.
El CAAD 28 siguió la tónica de ilustraciones múltiples, cuatro en esta ocasión, de lo más heroicas, en la línea de los primeros números de la Segunda Época.
Los CAAD 29 y 30 tenían dos ilustraciones cada uno, genéricas sin mayor importancia, pero en el CAAD 31 se incluyeron las pantallas de presentación de dos aventuras comentadas, además del logo de Los Cinco Días del Pixel, donde Juanjo Muñoz dio una conferencia sobre aventuras, quizá la primera sobre el tema. Además, y para jugar limpio con el medio ambiente, los CAAD pasaron a estar impresos con papel reciclado desde ese mismo número 31, pese a resultar más caro que el papel convencional. José Luis Cebrián se convirtió también en subdirector del CAAD en este número.
El CAAD 32 es el último número de la Tercera Época, y el último también en ser impreso, con la pantalla de otra aventura en portada, Axel Lidenbrock. Jorge Fuertes dejó la subdirección, que pasó a estar ocupada por José Luis Cebrián en solitario, tomando también las riendas de la maquetación, quedando Toni Fernández únicamente como impresor.
Cuarta Época del CAAD
La Cuarta Época estuvo compuesta por los CAAD 33, 34 y 35, que se editaron exclusivamente en formato PDF, sin ser impresos. Básicamente se seguía la línea y estilo de los números previos, con un par de cambios en la rotulación del logo del CAAD, pero manteniendo las imágenes múltiples.
Segunda Edad del CAAD
Aquí damos un salto numérico hasta el CAAD 42, y bajo la batuta de Javier San José se lanzaron siete números del boletín CAAD, todos ellos en PDF y con un marcado cambio respecto a los anteriores, contenidos aparte, puesto que morfológicamente eran apaisados. De hecho, estos números forman la Segunda Edad del CAAD. Las portadas eran comunes a todos ellos con el añadido de un logo en los dos últimos por un especial sobre Level 9.
El último fanzine del CAAD fue el conmemorativo CAAD 50, puesto que los números a partir del 51, a petición del maquetador y diseñador Carlos Cabezuelo y debido a su aspecto casi profesional, se les empezó a denominar revista.